Una de las personas que más me inspiran para escribir me comentó hace algun tiempo que en muchas conversaciones pretendidamente artísticas (cine, relatos y demás hierbas) se abusa mucho de la frase «Larguémonos de aquí» para finiquitar el asunto. Me apetece hacer lo contrario: ¿cómo sería un microcuento que empezara por «Larguémonos de aquí»? Tengo varias posibilidades:
Larguémonos de aquí
- ¿Por qué? Aún no ha llegado tu marido.
- Sí, mejor: hay un B-52 en mi café.
- ¿Tú también lo has olido?
- Mejor te vas tú solo.
- Te quiero.
Bien mirado, quizá tenga más gracia al final; o quizá, como sospechaba, no signifique nada realmente.
4 comentarios:
No creas, a mi me parece que al principio de un cuento le mete mucho contenido implicito. Sólo con esa frase ya estás diciendo que más de una persona han estado en algún lugar durante un rato y, por alguna razón, a uno de ellos le parece que es el momento de irse.
Quizá porque tenga especial debilidad por la sci-fi, me quedo con la segunda. Abre todo un mundo de posibilidades fantásticas.
La del olor también tiene su miga. ¿Será una fuga de gas, el perfume de alguien con quien no quieren encontrase o simplemente un pedo?
Tienes toda la razón en que como comienzo ya estás introduciendo tooooda una historia. A veces hay más miga en lo que no se cuenta que en lo que se cuenta, y envidio y admiro a partes iguales a los autores que consiguen dominarlo y jugar con esos recursos.
La primera opción me encanta como relato breve. La del olor sería estupenda para una de asesinatos en serie (zombies, aliens, profesores).
Yogur.
- "Larguemonos de aquí"
- "Las 5 menos cuarto, cariño"
natxo.net
-Larguémonos de aquí.
-No lo entiendes; en donde estamos no existe tal cosa como "aquí". Ni mucho menos podemos escapar.
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