10.12.05

Homenaje tardío de un catorce de septiembre

Jamás me atreví a decírtelo, pero siempre tuve claro que en esta historia, desde el principio, la verdadera heroína fuiste tú.

Tú sabías mejor que nadie cómo iba a terminar todo. Tenías claro que él no iba a llegar a la treintena, que no había solución, que algún día se marcharía para siempre y nos dejaría a todos con cara de resignación y un montón de cosas por decirle.

Y tú te mantuviste a su lado, luchando contra el miedo, amándole y sonriendo; y cuando llegó el fatal desenlace nos abrazaste a todos con ojos llorosos, pero sin dejar de transmitir toda esa fuerza que escondes bajo tu aparente fragilidad.

Yo no sé hacia dónde irán ahora tus pasos, pero al menos puedo confiar en que no hay en el mundo tormenta que pueda hacer zozobrar el barco de tus sueños.

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