16.10.05

Mierda

¿Qué es peor que pisar una mierda de perro el viernes por la noche? Pues pisar una mierda de perro el viernes por la noche, salir el sábado con otros zapatos y pisar otra mierda de perro.

No llevo demasiado tiempo en Brest, pero algo me hace sospechar que tiene uno de los mayores índices de mierdas de perro por habitante del mundo. Peor aún, me inquieta la posibilidad de que los informes, malolientes y resbaladizos montoncitos color marrón verdoso no sean precisamente de perro.

Sea como sea, nunca me había fijado en que las suelas de los zapatos tienen recovecos prácticamente inalcanzables, auténticos paraísos para los trozos de mierda resecos que deciden quedarse a hacerte compañía incluso después de que hayas aplicado escrupulosamente agua y jabón. Uno acaba pensando que los diseñadores de suelas de zapatos sienten algún extraño tipo de placer sádico cuando deciden incluir muescas estrechas y redondeadas especialmente difíciles de limpiar: «Joder, el zapato es feo, pero esta suela va a recoger más mierda reseca que ninguna que haya diseñado antes el hombre».

Supongo que la solución provisional pasará por mirar al suelo mientras camino y, por si esto falla, comprar un cepillo.

6 comentarios:

Mars Attacks dijo...

I cut myself the box :_

Anónimo dijo...

hombre, dicen que pisar mierda trae buena suerte...

Axel dijo...

Eso te pasa por tener un paso tan firme y seguro, por ir con orgullo con la cabeza alta y mirando al horizonte desafiante.

:____D.

Anónimo dijo...

Esto mas que un post es un dialogo del Club de la Comedia, de todas formas me imagino que sera costumbre local, yo sin en cambio tengo algun cabroncete que saca su perro a hacer sus necesidades a la puerta del garaje, seguro que luego no tiene que bajar por alli.

Anónimo dijo...

Tengo una duda, suponiendo lo más típico, que es que sólo hallas pisado la mierda con alguno de los pies y no con los dos a la vez (ya sólo nos faltaba eso); ¿ya has salido por Brest con un calzado de cada color? Más que nada por economizar...

glou dijo...

Mi "batalla triunfal" antimierdas en la Urbanización lugar donde malvivo(barrio diría yo), para ser realistas fué asi:
Harta al salir de casa y creerme en un descenso de esquí, esquivando mierdas en vez de banderitas clavadar en la blanca nieve, decidí realizar mi Campaña censal de mierdas.
Ingredientes:
-Palillos de dientes
-Trocitos de papel a modo de banderas
-Rotulador
-Pegamento
Modo empleo: Cada trocito de papel llevaba escrito a rotulador: Censo de Mierdas y un número, correlativos del 1 al 25 pensando que me sobrarían (já) y me dediqué a pincharlas sobre los mojones perrunos.
Cual fué mi sorpresa que en menos de 10 minutos las agoté.
Terminada la tarea regresé a casa y en pocos minutos observé desde la terraza como la gente rodeaba las caquitas de los canes con esa curiosidad, al ver que llevaban mensajes.
Fué divertido oir las risas de la gente. Lo mejor fué que durante un tiempo, descendio el censo de cacas en el barrio.
En serio. Así lo hice.
La aventura duró una semana y el trabajo era arduo ya que constaté la de semanas que tardan los cochinos de los dueños de los canes en retirar sus mierdas (la de los dueños, porque los chuchos no tienen culpa) y descubrí la de tiempo que tarde una mierda en desaparecer.
Pd: No censé las del cesped del jardín porque me quedaría sin banderitas en un plis.
Cosas del campo andaluz.