Llevaba años compartiendo mi vida con él. Le necesitaba a todas horas, y compartimos muchos momentos que por aquel entonces yo creía que serían inolvidables. Mis labios se habían acostumbrado a su sabor, y supongo que secretamente me traicionaban para obligarme a echarlo de menos.
No podía vivir ni con él ni sin él. Lo añoraba cuando no lo tenía, pero sabía que me estaba haciendo daño y que la situación no podía prolongarse eternamente. Supongo que es la vieja historia de siempre, pero ésta es más importante para mí -sobre todo porque es mi historia-.
No recuerdo exactamente cuándo me dejó, pero calculo que fue hace una semana. La verdad es que se marchó sin despedirse, sin hacer ruido, y ahora me alegro de que así fuera. Reconozco que nunca creí que lo iba a echar tan poco de menos.
Tanto tiempo queriendo dejar de fumar, y de repente es el tabaco quien me abandona; ya no lo deseo, ni quiero saber nada de él. ¿Habrá hecho efecto el libro de autoayuda que, por miedo (sí, el fumador teme dejar de fumar), abandoné sin terminar de leer?. Sea como sea, bendito abandono.
9.11.04
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2 comentarios:
xuzo
Solamente espera a la proxima reunion friki con birras en algun bar oscuro.
Tal vez te reencuentres con el, es lo que tienen los vicios, vuelven cuando menos te lo esperas
Por otra parte, sabes que si vuelves a fumar tendrás que soportar mis interminables peroratas sobre el tema, factor que seguro te ayudará a seguir con tu maravillosa actitud actual :D
Felicidades,ex-chico-cenicero ;)
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