Antes, todo era perfecto: los sentimientos estaban claros, el mañana era nuestro, y los tequieros, eternos. Yo vivía dando tantas cosas por sentado que hasta me sentía culpable por mi suerte cuando me preguntaban qué tal me iba.
Pero ahora ya no es antes.
Un día, el amor decidió marcharse de casa, y desde entonces todo es diferente: ahora no sé bien lo que siento, ni lo que sientes; no sé qué será de nosotros mañana, no sé... no sé demasiadas cosas. Hay tan poco que esté claro, que no sé ni qué responder cuando me preguntan qué tal.
Sin embargo, aquí estoy, volviendo por las noches de Burriana con tu olor, con el recuerdo de tus labios, con Placebo a todo volumen, con un nudo en el pecho, con la duda de si te veré mañana. Y eso me gusta, y me inquieta, y me hace sentir bien, y dudar, y pensar demasiado: me inestabiliza.
Y es que hacía mucho tiempo que no vivía al día, que tenía muy claro hacia dónde iba, cómo y con quién. Eso ya no es posible, y no puedo decir que me alegre, pero el único remedio es sacar fuerzas de donde sea y seguir hacia adelante.
Hoy es siempre todavía; y mañana, aún más.
23.5.06
7.5.06
2.5.06
[Microencuentro] Hipótesis
Si un día me pidieras volver, tendría que tomar la decisión equivocada más difícil de mi vida. Hipotéticamente hablando, claro.
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